Gracias por brindarme tanto amor.
Gracias por quererme.
Gracias por recibirme en tu hogar.
Gracias por todos tus consejos.
Gracias por compartir tu sabiduría.
Gracias por todos esos libros y novelas que compartimos.
Gracias por hacerme parte de tu familia.
Gracias por todos tus mensajes y siempre estar pendiente de mi.
Gracias por todas tus enseñanzas.
Gracias por enseñarme que la familia es primero.
Gracias por ser tan alegre.
Gracias por enseñarme que se puede amar y ser amado.
Gracias por todas esas veces que nos sentamos a platicar en el sofa.
Gracias por tu dulzura y calidez humana.
Gracias por ayudarme a tener un adolescencia hermosa y ayudarme a convertirme en la mujer que soy.
Gracias por darme un Tío Papá, hermanos, primos, tíos, tías y mi bella nana. Gracias.
Gracias por tus bellas manos que me han encaminado.
Gracias por intentar enseñarme a cocinar aunque nunca aprendí.
Gracias por intentar enseñarme a planchar.
Gracias por hacerme cheesecake cuando podía comer cheesecake.
Gracias por esas recetas de comida; prometo intentarlas.
Gracias por estar allí para mi.
Te amo y te amé tanto mi amada Erlys Ondina Borjas. Eras y serás mi reinita, mi reina. Me hizo falta tiempo para poder compartir contigo. Estábamos planeando que conocieras a Dariel en noviembre. Teníamos mucho que íbamos a hacer juntas. Te me fuiste muy rápido.
Me gusta pensar que estás en el cielo velando por todos nosotros, por tus hermosos hijos, tus nietas, tu esposo, tus demás familiares y amistades.
Dariel me preguntó, ¿Cómo era tu tía? Yo le dije mi tía Erlys era una dama cariñosa.
Te amo tía y te voy a extrañar pero sé que el cielo se ganó otro ángel.
Plegaria por la Ausencia
Se fue Señor, al encuentro contigo; se fue en silencio, con la paz y la ternura en su mirada, reflejo sereno de quien ha entrado en el camino de la vida sin fin; se fue con la confianza puesta en ti, con la alegría de quien ha cumplido una hermosa misión sobre la tierra. Gracias, Señor, porque tenemos la certeza que está gozando de tu infinito amor de Padre. Amén.