Cuando se pierde una amiga

TE PRESTARE UNA AMIGA

Te prestaré por un tiempo a una amiga parecida a ti, para que la ames mientras viva. Te la prestaré por algunos años, tal vez podrán ser 10, 20, 30 o más inclusive podría ser que te la preste tan sólo meses o segundos, hasta que la llame nuevamente a mi presencia.

Te pregunto: ¿Podrás cuidarla?

Quiero que aprendas y disfrutes el convivir con ella, te la he buscado especialmente para ti;
quiero que compartan y se fortalezcan. No te ofrezco que se quedará contigo para siempre, sólo te la presto.

Con ella tendrás momentos de conflicto, pues la individualidad que le he dado a cada ser humano hace que esto sea así; sin embargo, también tendrán momentos de ternura, de paz y de alegría por tenerse, tú deberás escoger que momentos deben prevalecer.

Por eso, el día que yo llame a tu amiga a mi encuentro, me gustaría que no llores, pero no lo puedo evitar pues te hice sensible, pero si te pido no me odiarás porque la regrese conmigo, su ausencia corporal quedará compensada con el amor y el tiempo que con ella compartiste, con los recuerdos agradables, los inolvidables, los que se brindaron desinteresadamente.

Ten presente que si algo te entristece, que si el golpe del dolor te hiere algún día, tu pena también es mía y así con todo esto, tu luto será más llevadero, con la promesa de que algún día se vuelvan a reencontrar … es uno de los misterios en los que te permito creer.

Te alegraré al revivir con regocijo aquellos instantes compartidos con recuerdos como el de una música, una fotografía o simplemente recorrer en tu memoria esos espacios gratos y habrás de decir con agradecida humildad . “Señor, gracias por haberlos tenido”. “Señor, gracias” “Hágase siempre tu voluntad”.

Así que amada hija, ya sabes, TE LA PRESTO, cuídala como el gran tesoro que te he encomendado, también recuerda que TÚ TAMBIÉN ERES PRESTADO, y mientras estén juntos en la tierra disfruten con amor y cumplan su misión en el tiempo que se les ha regalado.